Después de dirigir Una historia del Bronx y Un golpe maestro, Robert De Niro se enfrentó a un proyecto que puede convertirse en la primera entrega de una trilogía.
La rivalidad entre los Estados Unidos y la extinta Unión Soviética durante décadas ha dado cientos, miles de películas.
De Niro reconoce que la Guerra Fría le fascinó desde que era niño en la ciudad de Nueva York y que aún hoy, tanto la tensión entre las dos potencias mundiales como los entresijos de la CIA, le plantean numerosos interrogantes, sobre todo después de los acontecimientos del 11-S.
A muchas de estas cuestiones pretende dar respuesta con esta cinta sobre los orígenes de la CIA, en la que Matt Damon se convierte en un espía después de demostrar que su máxima aspiración en la vida consiste en proteger la integridad de su país hasta el punto de acabar siendo uno de los pilares de la organización. Constituye un thriller de género, pero detrás de tan buenas y cinematográficas intenciones se atisba cierto acento crítico del actor y director que durante una década intentó levantar esta película.
De Niro ha confiado los principales roles de El buen pastor en Angelina Jolie, William Hurt, John Turturro, Joe Pesci, Timothy Hutton, Chazz Palminteri, Jason Patric y Alec Baldwin, y a pesar de que sólo quería estar detrás de la cámara, al final accedió a formar parte del reparto de esta historia, que tiene un extenso metraje: 165 minutos de duración, que van desde la II Guerra Mundial hasta los hechos en Bahía de Cochinos.
El protagonista de títulos míticos como Taxi Driver, Toro salvaje y La misión se ha sentido tan ilusionado con el proyecto que sólo anuncia su interés de rodar una segunda parte, desde la construcción del muro de Berlín hasta el día en que es derribado, y una tercera, a modo de epílogo, desde 1989 hasta nuestra época actual.
El debut como director nacido en el barrio neoyorquino de 'Hell's kitchen' se produjo en 1993, con Una historia del Bronx. Ocho años después rodó Un golpe maestro. El buen pastor es, de las tres, la que tiene una mayor carga política y a todos los que apuntan a que la cinta es un ataque contra la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, De Niro contesta que no pretende criticar, sino mostrar los hechos de la forma más directa y honesta que puede, como hijo de la Guerra Fría que es.
Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.
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