domingo, diciembre 17, 2006

Cine en Navidad

Ratones listillos, pingüinos cantarines enfrentados a uno algo más bailón, dragones responsables y muchos gamberros... Cambiamos el cole por la sala de cine.

La Navidad revoluciona la cartelera, mucho más que otras épocas vacacionales para los más pequeños, como la Semana Santa y el verano. Con la llegada del frío, nada mejor que resguardarse en la sala del cine donde además podemos entrar en mundos fantásticos, llenos de criaturas increíbles.

Durante tres años consecutivos pudimos disfrutar de las entregas de El Señor de los Anillos. Para alegría de aquellos que se consideren un poco huérfanos de títulos fantásticos llega Eragon, el inicio de una nueva saga basada también en novelas de éxito. Llegamos hasta un universo paralelo donde hay hechiceros, dragones y jóvenes aprendices de jinetes. Las aventuras, con los conocidos John Malkovich y Jeremy Irons como principales reclamos, convencerá a los más pequeños, menos deudores de las peripecias de Peter Jackson.

Eragon no es el único visado a la fantasía: En busca de la piedra mágica nos lleva hasta el idílico y animado país de Gaia. Allí ha desaparecido el talismán que condiciona la vida de sus habitantes. Dos de sus más aventajados moradores emprenderán una búsqueda incesante que les llevará a descubrir más de un secreto. Los que no tienen nada que esconder y tienen mucho arte son los palmípedos de Happy Feet. Rompiendo el hielo, una revisión de la fábula del patito feo.

Desde la Antártida nos vamos hasta el jardín de casa, mejor dicho, del destartalado hogar de Mia Farrow en Arthur y los minimoys. Hasta ahora teníamos diminutos, elfos, hadas y enanos de jardín, pero gracias a Luc Besson la población que se oculta al común de los mortales sale a la luz. También de animación es Cristóbal Molón, sobre los primeros insectos que pisaron la luna, y Ratónpolis, heredera de Chicken Run, Wallace y Gromit: la maldición de las verduras, Shrek y Madagascar.

Los roedores están de moda, sobre todo uno de sus más famosos exponentes. Nos referimos al que se encarga de recoger los dientes de leches que se caen y van directos bajo la almohada Con acento hispano llega Pérez, el ratoncito de tus sueños, una cinta que mezcla imagen real y digitalizada, al estilo de las aventuras protagonizadas por Arthur. Y si en aquellas Carlos Jean y Elena Anaya ponían sus voces a las criaturas élficas, aquí son Fran Perea y Paz Padilla los actores de doblaje invitados.

La legión de estrenos de consumo estrictamente navideño se completa. Qué sería de estas fechas sin Tim Allen. Da la sensación de que el actor se prepara cada año para sorprendernos con un título más previsible aún que el anterior. A las prescindibles Una Navidad de locos y Vaya Santa Claus añadimos Pequeños grandes héroes y Santa Claus 3, la tercera entrega de su saga almibarada con el amigo de los renos de narices rojas.

Recibimos Un invitado por Navidad llega desde Alemania y la verdad, si no le abren la puerta, tampoco pasará por maleducado, al menos ante nosotros. Esta producción recuerda a otras como Sobreviviendo a la Navidad, pero su factura técnica deja bastante que desear en comparación con otras comedias familiares destinadas a satisfacer las ansias fílmicas de los niños, como Peligro: menores sueltos. ¿Alguna duda acerca de si son ellos, los menudos, los auténticos dictadores de las carteleras en estas fechas?

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

Avanzamos... "María Antonieta"

La polémica está servida: los críticos se preparan para merendarse a Sofia Coppola y sólo ustedes pueden salvarla de la guillotina. Eso si les convence su cuarto largometraje.

Después de experimentar junto a su padre y Woody Allen en Historias de la ciudad, darse a conocer con Las vírgenes suicidas (1999) y demostrar su solvencia como realizadora en Lost in traslation (2003), la neoyorquina con cine en las venas pone su mirada en la aristocracia francesa del siglo XVIII.

Caprichosa, irreverente, pomposa y heterodoxa. Hablamos desde luego de la sociedad de la época, no de la hija de Francis, aunque también podríamos dedicar unos cuantos párrafos a esta niña de papá cineasta que atesora una amplia cultura cinematográfica. La escritora, productora, actriz y cineasta -completita nos ha salido- se permite el lujo de deconstruir y modernizar a su antojo episodios históricos que podrían pasar por ñoños según quien los adapte en imágenes.

Coppola se fue enamorando de un símbolo de la decadencia real, cuya cabeza acabó rodando por culpa de un invento atroz –hubiera sido ajusticiada de igual manera-. María Antonieta fue una sola, pero son muchos los que se han acercado a ella, como Antonia Fraser, autora del libro de cabecera de los participantes en esta producción durante el rodaje en el Palacio de Versalles y otras fastuosas localizaciones. Fraser dio algunas pinceladas acerca de la vida de esta joven princesa austriaca que se convirtió, de manos de Luis XVI, en reina de Francia a los 19 años.

El rostro más conocido de la cinta es Kirsten Dunst. Con ella trabajó Coppola el poema visual que narra, sin dar respuestas, la muerte deliberada de varías hermanas. La protagonista de Spider-Man, Elizabethtown, Olvídate de mí y Entrevista con el vampiro ha crecido –tiene 24 años-, es más famosa y sigue teniendo las ideas igual de claras que al principio: allá donde hay un proyecto sustancioso, allá que se tira de cabeza. Y éste, a fuerza de ser controvertido, es sobre todo original.

La libertad creativa bajo la que se desarrolló el rodaje de María Antonieta no ha gustado a los críticos y tampoco al jurado del pasado Festival de Cannes: dicen de esta película que es surrealista, insolente y desvergonzada, y no sólo por hecho de que suenen New Order, Air, Cure y The Strokes donde sólo, y siempre según los puristas, deberían emanar los efluvios de Vivaldi, Rameau y Couperin.

Ahijada de los ‘tontos del cool’, nos negamos a pensar que el lado cultureta y estetizante, la afrenta de reinterpretar la Corte de Versalles a ritmo de vídeo-clip, pueda manchar aún más una adaptación calificada por muchos como frívola y acusada de escaso rigor histórico. Esperemos a su estreno antes de dejarnos llevar por comentarios maldicientes, aunque no nos vamos sin lanzar una pregunta: ¿desde cuando el cine debe ser considerado exclusivamente como una clase de Historia?

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

sábado, diciembre 02, 2006

Avanzamos... "Arthur y los minimoys"

¿Un gran proyecto de animación en Europa? Es posible. Llega a buen puerto el barco tripulado por Luc Besson, un cineasta polivalente.

Dirige, produce, escribe, interpreta... Rumores apuntan a que ya estudia la siguiente película de Antonio Banderas como director, un retrato de Boabdil el chico. Su currículum apabulla. Entre sus películas, sólo como realizador, destacan El gran azul, León, el profesional, Juana de Arco, Nikita y El quinto elemento.

El parisino de 47 años es un hombre de cine capaz de embarcarse en aventuras arriesgadas. La última, después del descalabro de Bandidas –con Salma Hayek y Penélope Cruz-, le ha llevado hasta un universo infantil de ensueño que ha contribuido a que los europeos sientan que existe una incipiente industria de animación cinematográfica.

Hace 7 años llegó a sus manos los bocetos de una historia con unos seres parecidos a los elfos, con pelo pincho y orejas puntiagudas a las que no escapa ni un sonido. Se apasionó tanto con ellos que decidió dar rienda suelta a su imaginación: se encargó de darles un aspecto psicodélico, un look algo guerrero a lo Mad Max, aunque no les ubicó en las urbes del futuro de El quinto elemento sino entre las briznas de hierba del jardín.

Fuera del mundo francófono es desconocida su faceta como escritor de literatura infantil pero lo cierto es que Besson publicó en un corto periodo de tiempo 4 libros sobre los Minimoys y un amigo de estos, el niño Arthur, que tiene un referente cinematográfico en el protagonista de Ant Bully. Bienvenidos al hormiguero.

Los Goonies –un clásico del cine de aventuras- se jugaron la vida al ir en busca de un barco pirata cargado de tesoros. El fin justificaba todos los peligros: su idílico lugar de residencia iba a ser vendido por unos urbanistas sin escrúpulos. Algo parecido le ocurre al pequeño Arthur, que ve como su abuela puede perder su casa. Él lo impedirá, pero para ello debe encontrar una fortuna escondida en un mundo poblado por diminutos.

Así empieza la historia, que aglutina en su guión los primeros libros de la saga: Arthur y los Minimoys y Arthur y la ciudad prohibida. Para llevarlos a imágenes ha orquestado un equipo formado por más de 200 animadores que han contado con 65 millones de euros para sus gastos. Protagonizada por criaturas animadas digitalmente y los actores Freddie Highmore (Charlie y la fábrica de chocolate) y Mia Farrow en uno de sus primeros papeles de abuela, la cinta puede ser la primera parte de una trilogía: el galo asegura que ésta puede ser la última película que dirige pero ya mascullan acerca de los dos títulos continuadores de éste, La venganza de Maltarard –el malo que les hace la vida imposible- y La guerra de dos mundos.

David Bowie y Madonna ponen sus voz a las criaturas en la versión original. La diva del pop, también escritora y actriz, ha interiorizado el personaje de Selenia, una princesa graciosa, inteligente, caprichosa y dominante que en castellano está doblada por Elena Anaya.

Texto escrito por
Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

viernes, diciembre 01, 2006

Antonio Banderas, rehace el camino


72 películas como intérprete y 7 años después de mostrar sus dotes como cineasta en Locos en Alabama, el artista nos enseña a su manera la ciudad y la época donde modeló la materia de sus sueños.

Como el que vuelve a su casa a buscar un objeto del pasado, José Antonio Domínguez regresa a la Málaga que abandonó el 3 de agosto de 1978 montado en un tren, nada de dinero y mucha ilusión. Aquellas 15.000 pesetas que llevaba se han transformado en 7,5 millones de euros, los que ha costado El camino de los ingleses. No los ha invertido él, sólo parte a través de su productora Green Moon, con la que quiere respaldar a jóvenes para que puedan crear algo en su ambiente, sin tener que poner tierra de por medio.vida. Y lejos de la visión amable que proporciona su carisma, nos hace un nudo en el estomago, sin apelar a la lágrima fácil pero sí a la inteligencia y la opción de reponerse a la incertidumbre, al dolor.

Más reflexivo, quizás por sus 46 años, el hijo de la maestra y el policía recuerda hasta qué punto una sustitución y un aplauso en el Teatro María Guerrero le hizo creer en sus posibilidades como actor. Eran los 80: una primera película, Pestañas postizas, Almodóvar (de Laberinto de pasiones a Átame), charlas y noches sin dormir, los primeros pasos de puntillas en Los Ángeles... Lo fue saboreando todo al venir de un ambiente en el que la falta de oportunidades se cubría con esperanzas y anhelos.

En el terreno de la interpretación hace tiempo que dejó de ser el que se ponía a la sombra de Tom Hanks y Madonna. Es el actor comercial de Spy kids y El Zorro, pero también el respetado por el musical Nine. Broadway, el teatro... A sus tablas volverá a subirse, le debe mucho al teatro.

Irradia magnetismo. Quienes han trabajado con él destacan que todos hacía participe de su película, dando verdadero sentido a la idea de que el cine es un trabajo en equipo. Contagia pasión cuando habla de su idea del cine y le reconocen su función como coordinador de talentos que pretendía desprenderse de todo lo que pueda contaminar el proceso creativo. Asegura que es más fácil para un actor ser dirigido por otro: sólo ellos saben como muchos cineastas les han metido en pozos de los que no han podido salir.

Puede que coincida de nuevo con Almodóvar, siga siendo el gato con botas de Shrek, haga Memorias de Adriano y dirija Málaga en llamas, sobre la guerra civil y con Melanie Griffith como protagonista. Antes le gustaría reflexionar en Boabdil acerca de la polarización entre Oriente y Occidente. Luc Besson podría echarle una mano en ese viaje hasta la Granada de 1492, el choque de culturas y lenguas, el árabe y el castellano.

Estos días le vemos entregado a su película, ‘de largo recorrido, que se saboreará con el paso de los años’, como los buenos vinos. No hace falta irse tan lejos: muchos sabrán apreciar cómo ha transformado la melancolía en energía a la hora de rodar una historia no narrada sino evocada. Dice que la memoria fracciona los recuerdos en detalles y destaca uno de hace 15 años: se presentó a la prueba para Los reyes del mambo sabiendo sólo decir en ingles ‘I can do that’. Ahora lo dice en castellano: yo puedo hacerlo. Y es verdad, se atreve con todo.


Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.