viernes, mayo 04, 2007

Avanzamos... 28 semanas más tarde

Danny Boyle le mandó deberes a Juan Carlos Fresnadillo: idear un argumento original para la secuela de una cinta con estilo definido, a medio camino entre la serie B y el cine con sustancia.

Los avales de nuestro compatriota tenían forma de cortometraje privilegiado por Hollywood (Esposados) y largo bastante peculiar con protagonista omnipresente, Leonardo Sbaraglia, introducido en una espiral de irrealidad (Intacto).

Aceptado el encargo y recibidas las pautas, el cineasta canario que pretende emular a David Lynch se puso a trabajar para mostrar un Londres apocalíptico que en los últimos años había sido referenciado en V de Vendetta, Hijos de los hombres y, por supuesto, 28 días después.

Su ejercicio se inicia seis meses más tarde de un hecho que fue narrado a modo de videoclip, una técnica no exenta de riesgo, por el responsable de Tumba abierta, Trainspotting, La playa y la recién estrenada Sunshine. La actualización de títulos míticos como La noche del cometa (éste sí que entronca con la serie B) y El último hombre vivo sobre la tierra (con Charlton Heston deambulando por calles semidesiertas) se adaptaba a los rigores del audiovisual hecho en el nuevo siglo, aunque con una originalidad argumental discutida.

Había que darle una vuelta de tuerca al germen de la historia: una epidemia diezma la población británica y el que no se ha convertido en un caníbal rabioso, debe correr para salvar su vida. Boyle, que actúa aquí como productor ejecutivo, quería que su continuador sorprendiese sin repetir patrones y el canario apostó por bucear en el plano real del relato a través del género documental.

Para ello se ha rodeados de actores solventes: Robert Carlyle, un habitual de Boyle encabeza el reparto, donde también encontramos a Rose Byrne (Troya, Sunshine), Catherine McCormack, que es como nuestro río Guadiana –soberbia al dejarse cortar el cuello al inicio de Braveheart- y Harold Perrineau, procedente del vuelo Oceanic 815, con escala en la isla de Lost (Perdidos).

Esperamos no sentirnos defraudados por un cineasta que ya ha dado muestras de que va por otros lares, algo alejados del camino de lo estrictamente comercial. Su punto de partida es, por si mismo, sugerente: plantear una nueva sociedad a partir de la reconstrucción y la repoblación, un nuevo país condicionado por un recuerdo demasiado cercano que puede cobrar forma de nuevo. La ciencia ficción y el terror sirven para provocar una reflexión acerca de lo que implica nuestro mundo, rodeado de amenazas creadas por nosotros mismos.

A unas semanas de su estreno en España, empezamos a cuestionarnos: ¿Estaremos ante un nuevo y mareante batiburrillo de rápidos movimientos de cámara montados a ritmo de rock duro? ¿Aprovechará el director el nivel de los actores que le acompañan en su aventura británica y dejará su impronta en una secuela que debe luchar contra su antecesor, amado y odiado por igual? ¿Se sumará Fresnadillo a la larga lista de cineastas alimentados por la industria anglosajona: Del Toro, González Iñárritu, y Cuarón?

Texto escrito por
Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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