sábado, abril 14, 2007

De Jamón, jamón a Woody Allen

Y 15 años después de trabajar a las órdenes de Bigas Luna se volvieron a encontrar gracias a que un cineasta neoyorquino y un poco histriónico se fijó en ellos para su aventura española.

Penélope Cruz y Javier Bardem se conocieron pasando texto junto a Armando del Río y Jordi Mollá. A sus 22 años, el sobrino de Juan Antonio e hijo de Pilar tenía pequeños papeles a sus espaldas (Amo tu cama rica, Tacones lejanos, Las edades de Lulú) aunque si él era desconocido, mucho más la madrileña, que tenía 17 años y sólo tenía en su haber algún videoclip de Mecano.

De ellos dijeron que llegarían muy lejos, aunque nadie imaginó que pondrían una pica en Hollywood: los dos tienen el honor de haber sido los primeros intérpretes españoles en ser candidatos a un Oscar, él por Antes que anochezca, ella por Volver. Y aunque sus caminos se separaron muy pronto, los dos coinciden a la hora de valorar su momento en la industria internacional: dice Bardem que se considera un tomate en el mercado y acepta las reglas del juego. También lo cree Penélope, que se ha consolidado al otro lado del charco y prueba de ello es que ya realiza cameos en series de dibujos animados como Padre de familia.

Conscientes de que esto del cine es una carrera de fondo, se puede decir que tomaron carrerilla después de que Bigas Luna diese el pistoletazo de salida. Uno siempre puede toparse con obstáculos, de ahí que ambos desarrollen una incipiente faceta como productores. Después de sus pinitos en Los lobos de Washington, la última de Bardem es Invisible, largometraje colectivo con profunda conciencia social, mientras que Cruz se ilusiona con la producción ejecutiva de La princesa de Kapurtala, basada en la novela Pasión India de Javier Moro.

Por separado, los 'chicos Almodóvar' –Penélope fue la madre de Javier en Carne trémula- se han labrado un camino interesante, uno a las órdenes de cineastas como los hermanos Coen (No country for old men) y Mike Newell (El amor en los tiempos del cólera), la otra tiene pendientes de estreno Chromophobia y Manolete, junto a Adrien Brody, y sigue alimentando rumores acerca de su nueva colaboración con su Pedro del alma y su amigo Antonio Banderas. Nuestras dos estrellas tienen muchas cosas en común: Penélope rodó con Amenábar Abre los ojos, al igual que Javier hizo lo propio en Mar adentro, y si éste confió a Isabel Coixet uno de los cortos de Invisibles, la cineasta catalana ha visto en ella a la compañera de Ben Kingsley en Elegy.

Causalidades o causalidades, lo cierto es que este verano regresarán a las playas mediterráneas para rodar Midnight in Barcelona, título provisional de la primera aventura española del responsable de Match point, Scoop y una larga lista de cintas. El cineasta ha declarado ser admirador de ambos actores, perfectos para lo que ha escrito. No estarán solos, ya que Scarlett Johansson y Rebecca Hall (El truco final. El prestigio) les acompañarán por una Barcelona que Woody Allen piensa recoger con los mismos ojos con los que muestra su querida Manhattan.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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