sábado, enero 19, 2008

2007: Crónica de un año

La conquista de Estados Unidos por el cine español, la casi obligada necesidad de realizar nuevas adaptaciones y el paro indefinido de las mentes más creativas de Hollywood marcan el repaso de un año cargado de cine.

A los regresos esperados de Ang Lee (Deseo, peligro) y David Cronenberg (Promesas del este), se sumaron las sorpresas de dos adaptaciones de cómic, 300 y Persépolis, y los homenajes y las versiones remasterizadas de títulos ya clásicos que cumplían años: 25 en el caso de Blade Runner, Poltergeist y Víctor o Victoria y los 30 de La guerra de las galaxias y Encuentros en la tercera fase.

Ya que estamos con los años, en 2007 se celebraron los cien primeros de los nacimientos de John Wayne, Lawrence Olivier y Katharine Hepburn. En el año en que se cumplieron 30 años de la desaparición de Charles Chaplin, Charlot, nos dijeron adiós estrellas como Deborah Kerr, produtores como Carlo Ponti y dos creadores que nos tocan muy de cerca: Emma Penella y Fernando Fernán-Gómez.

El pasado fue el año de las secuelas: tuvimos tercera parte de Bourne, Piratas del Caribe y Spider-Man, cuarta entrega de La jungla de cristal (con el veterano Bruce Willis) y una quinta de Harry Potter. En esta aspecto 2008 no se quedará atrás: gracias al anuncio de dos rodaje comprobamos como Harrison Ford se hizo de nuevo con el látigo y su sombrero más característico con motivo de la cuarta entrega con las aventuras de Indiana Jones y Christian Bale se enfundó de nuevo en el traje de Batman en The dark knight, y ojo a un Joker interpretado por Heath Ledger.

Son dos de los estrenos más esperados del nuevo año, esos y el de Vicky Cristina Barcelona, la aventura española de Woody Allen, que desilusionó, y mucho, a los que esperaban una vuelta de tuerca al género de suspense con El sueño de Casandra, tercer punto del acuerdo suscrito entre el cineasta neoyorquino y la industria británica, protagonizado por Ewan McGregor y Colin Farell. Veremos si ha sabido sacarle partido a un reparto en el que figuran nombres como los de Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Rebecca Hall y Javier Bardem.

El actor es uno de los que más han sonado en los últimos meses: fichaje estrella de Allen, a las órdenes de los Coen en No es país para viejos, candidato a casi una decena de premios, El amor en los tiempos del cólera también pendiente de estreno… Es el mejor ejemplo del empuje español al otro lado del Atlántico, el que se cuela a través de la veta abierta por la avanzadilla liderada por Antonio Banderas y Penélope Cruz.

Todavía sin el tirón de ellos pero con la esperanza de dejar una profunda huella también, en esa lista de preferidos están Juan Carlos Fresnadillo, que salvó la secuela de 28 días después, convirtiendo las jornadas en semanas, Maribel Verdú, requerida por Francis Ford Coppola para su proyecto argentino, Alicia Borrachero, a quien veremos en la segunda entrega de Las crónicas de Narnia, y Paz Vega, con tres películas en la nevera. Y no nos olvidamos del debut en el largo, allí, de españoles que hicieron sus primeros cortos aquí, como Luis Berdejo y Àlex Pastor.

Seguro que sus proyectos, ya en marcha, no se verán afectados por el mal de 2007: ha acabado el año y continúa la pertinaz sequía de argumentos originales acuciada por la huelga de guionistas en la meca del cine que sigue paralizando la puesta en marcha de proyectos de cine y televisión. Por no poder, los escritores son incapaces incluso de rumiar nuevas versiones de títulos, ya sean clásicos o de reciente factura en Europa y Asia: así este año hemos podido ver La ventana indiscreta, Invasión (ya saben, sobre seres extraterrestres que se apropian de nuestros cuerpos), Soy Leyenda y Sin reservas, casi calcada a la alemana Deliciosa Martha, y no desgranamos por falta de espacio la oleada de remakes de cintas orientales.

La falta de ideas no es la razón principal por la que en Hollywood están pendientes de la nueva cosecha de cine de terror y fantástico plantada por Juan Antonio Bayona y Sergio G. Sánchez (El orfanato), Jaime Balaguero y Paco Plaza ([REC]), Nacho Vigalondo (Los cronocrímenes), Gonzalo López-Gallego (El rey de la montaña) y Guillem Morales (El habitante incierto). Van camino de abrir brecha en el cine de autor de la misma forma que forma que lo hicieron en su día otros como Gonzalo Suárez (Oviedo Express), Julio Medem (Caótica Ana) y dos mujeres que concurrieron por la Concha de Oro en San Sebastián, Gracia Querejeta, con Siete mesas (de billar francés), e Iciar Bollaín, con Mataharis. Y esto es sólo un pequeño relato de lo que ha dado de sí 2007.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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